
II
¿Porqué escribo?
Algunos amigos míos preguntan el porqué de escribir sobre el Bingo mexicano.
¿Que tengo yo que ver con eso?
De verdad parece que nada. Todavía, siendo yo un profesional independiente en la materia hace más de treinta años, en los cuales tuve la posibilidad de intervenir directa o indirectamente en más de veinte países, esa mí actividad me ha aportado muchas alegrías y algunos disgustos...
México es un grande país con potencial enorme y duradero si la actividad es conscientemente reglada y cumplida. Me han llamado a ese país para la prestación de servicios, pero, la cantidad de estudios que tengo en manos está siendo atropellada por una ya feroz y descontrolada proliferación de locales de juego, muchos en manos de personas ignorantes del tema, cuyo principal y único objetivo es ganar unos cuantos millones, lo más rápido posible, sin tener en cuenta los elementales principios deontológicos, legales y sociales.
Cuando en 1993 me llamaron al Brasil porque ahí se iniciaba la actividad del Bingo, bajo la Ley Zico (Ley numero 8672 del 6 Julio 1993), tuve la oportunidad de colaborar en Brasilia con algunos detalles de la legislación y de divulgar a través de escritos, los principios básicos y fundamentales para una actividad digna y respectada. Por el trabajo desarrollado, de la parte de algunos grupos interesados me apodaron de “el profesor”.
Cuando en 2003 yo volví a ser contratado por un grupo dueño de salas en la ciudad Juiz de Fora, en el estado de Minas Gerais, me aconsejaron al momento de llegar, que debería omitir la actividad del Bingo si quisiera ser atendido y recibido dignamente por la sociedad brasileña. Las salas continuaban a llamarse “Salas de Bingo” pero proliferaban entonces como locales de juego con maquinitas, en manos de los peores ejemplos sociales, siendo la connotación con el mundo de la droga y la mafia tema de cada dia en la prensa y en la opinión publica general.
¡Me gustaría que la historia no se repita!
Lisboa, el 25 Junio 2007.
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